El rasgo más singular de la costa de Galicia es la presencia de las rías. Se trata de brazos de mar que se introducen en el continente creando un litoral recortado.
Más allá de la ría de Muros, de manera especial al norte de Fisterra, se extiende un tramo de costa brava y variada. En medio de tramos rectilíneos, en los que se encadenan amplios arenales, como Carnota, Razo, O Rostro o Baldaio...
Ourense es piedra y agua. En especial aguas termales que tienen su origen en las profundidades de la tierra atravesando las pequeñas fisuras que el sustrato de granito le permite, y adquiriendo las propiedades de los minerales para disfrutarla.
El pasado permanece muy vivo en la comarca de Ferrol. Quizás no pueda ser de otra forma, puesto que durante la Edad Media y buena parte de la Moderna los condes de Andrade mandaron y ordenaron a su albedrío, dejando su impronta en numerosas obras.
Casi desde el descubrimiento del sepulcro del apóstol Santiago, determinados peregrinos decidían prolongar su viaje hasta la Costa da Morte, que era para los antiguos la punta más occidental de Europa.
Al norte del Golfo Ártabro se encuentra un conjunto de pequeñas rías que, debido a su situación latitudinal, son consideradas como “Altas”. Las más occidentales, Cedeira, Ortigueira, O Barqueiro y Viveiro, son más amplias...