El rasgo más singular de la costa de Galicia es la presencia de las rías. Se trata de brazos de mar que se introducen en el continente creando un litoral recortado.
Santiago de Compostela, Ciudad Patrimonio de la Humanidad y capital espiritual de Galicia, conserva desde hace siglos su variada fisonomía, dejada por el paso de tiempo en sus iglesias y edificios, en sus calles y plazas y hasta en sus hábitos de vida.
Esta ruta marítimo-fluvial por la Ría de Arousa y el río Ulla conmemora la llegada a Galicia, por mar, del cuerpo del Apóstol Santiago El Mayor, después de su martirio en Jerusalén en el año 44.
El pasado permanece muy vivo en la comarca de Ferrol. Quizás no pueda ser de otra forma, puesto que durante la Edad Media y buena parte de la Moderna los condes de Andrade mandaron y ordenaron a su albedrío, dejando su impronta en numerosas obras.
Ferrol y A Coruña son los puntos de partida de las dos alternativas del Camino Inglés, siendo ésta la preferida por los peregrinos procedentes de los países escandinavos.
Situada en el extremo Noroeste de la Península Ibérica, frente al Océano Atlántico, la antigua Brigantia de los ártabros, es una histórica ciudad marítima, cuya importancia destaca ya desde la época romana hasta nuestros días.
Más allá de la ría de Muros, de manera especial al norte de Fisterra, se extiende un tramo de costa brava y variada. En medio de tramos rectilíneos, en los que se encadenan amplios arenales, como Carnota, Razo, O Rostro o Baldaio...